martes, enero 27, 2009

la clave en el desempeño de los alumnos, más que los recursos invertidos, está en los profesores.

Los resultados de la PSU 2008, muestran nuevamente que la mejora en la educación pasa primero por tener mejores profesores, para esto se necesita que los matrículados sean de puntajes mayores, pero a partir de esta noticia, esta claro que para nuestros mejores puntajes la Pedagogía resulta una profesión muy lejana de querer. Esto es sin duda y sentenciado por diversos estudios, un factor relevante para elevar los niveles de educación, pero tal como l he mencionado en el lugar que sea debate, la VALORACIÓN SOCIAL DEL PROFESOR DEBE SER AHORA ANTES QUE CUALQUIER LEY, esta valoracón no sólo pasa por nivelar el ingreso a profesiones, sino por de una vez por todas DEJAR DE HABLAR DE EDUCACIÓN SIN VALORAR EL TRABAJO DEL DOCENTE, VOLVER A COLOCAR AL MAESTRO AL NIVEL MAS ALTO DE NUESTRA SOCIEDAD.

A continuación la noticia que parece una crónica de inequidad anunciada.

Un análisis realizado entre las 185 carreras de Educación que se imparten en las universidades tradicionales revela el magro nivel académico de los futuros profesores."
Sólo el 20% de los seleccionados en Pedagogía superó los 600 puntos en la PSU
¿Qué significa lograr 500 puntos como promedio PSU?... no más de 26 respuestas correctas de las 150 preguntas que incluyen las pruebas de matemáticas y lenguaje. Ese es el nivel académico del 45% de los jóvenes que fue seleccionado en alguna de las 185 carreras de educación que se imparten en los planteles que conforman el Consejo de Rectores, más conocidas como "universidades tradicionales". Aún más, el 80% fue aceptado con menos de 600 puntos, lo que implica que contestaron acertadamente, como máximo, 58 de estas preguntas. A modo de comparación: un promedio PSU que supera los 700 puntos, habitual en carreras como Medicina e Ingeniería Civil, equivale a un mínimo de 84 preguntas correctas.
La Tercera y Educación 2020 -a partir de datos proporcionados por los departamentos de análisis institucional de la Universidad de Santiago y de la U. Católica de Valparaíso- realizaron un detallado estudio sobre el perfil de los alumnos que este año consiguieron una vacante en Pedagogía, el cual deja en evidencia que el país está muy distante aún de remediar uno de los principales problemas que impacta en la calidad de la educación. Porque las investigaciones se han cansado de repetir sus conclusiones al respecto. Lo último provino del informe que elaboró el año pasado la consultora internacional McKinsey: la clave en el desempeño de los alumnos, más que los recursos invertidos, está en los profesores.
Hasta los resultados del Simce dados a conocer en mayo lo comprobaron. Los estudiantes de colegios municipales que tuvieron a tres o cuatro maestros calificados como "competentes" o "destacados" en la evaluación docente lograron entre ocho y 15 puntos más que quienes estudiaron con profesores calificados como "básicos" o "insuficientes". Situación que se repitió en todos los niveles socioeconómicos.
En el proceso de admisión 2009 a las universidades chilenas se repitió el mismo escenario de otros años. Más de 11 mil jóvenes postularon en primera preferencia a alguna carrera de pedagogía, casi el doble que los postulantes a Derecho en primera instancia, por ejemplo. Pero mientras el promedio PSU de todos los seleccionados en los programas de Leyes fue 622,5 puntos, en Pedagogía o Licenciatura en Educación superó apenas los 560 puntos. Tendencia que se ha mantenido sin variación: en 2005 fue 559, en 2006 fue 560, en 2007 fue 562 y en 2008, 560.
Las carreras de Pedagogía, además, siguen siendo una opción casi exclusivamente para los egresados de colegios municipales o subvencionados. Porque la participación de alumnos provenientes de establecimientos particulares es marginal e, incluso, ha ido en descenso: en el proceso de admisión 2006, el 7% de los seleccionados venía de colegios privados, en 2009 sólo el 5,6%.
SIN REMEDIOEl punto es que -como señala el académico de la Universidad de Chile y coordinador nacional de Educación 2020, Mario Waissbluth (ver columna)- son muy pocas las escuelas de Pedagogía que están supliendo las falencias académicas con que ingresan sus alumnos. Un grupo de investigadores de las universidades de Playa Ancha y De Valparaíso, por ejemplo, indagó sobre las habilidades en matemáticas y lenguaje que resultaron de la formación universitaria y de los cursos remediales en 500 estudiantes de Pedagogía de cinco planteles de las regiones Quinta y Metropolitana.
La medición se realizó en 2002, cuando ingresaron, y luego en 2007, cuando estaban a punto de comenzar su vida laboral. Sus conclusiones fueron lapidarias: habían mejorado sólo un 2% en sus competencias matemáticas y un 4% en lenguaje. El estudio reveló deficiencias serias en áreas básicas como la abstracción matemática y el dominio de expresión escrita. Los ahora docentes carecían de capacidad para comunicar una idea, leer datos, ordenar información, además de pobreza de sintaxis y vocabulario.
ESCASA VOCACIÓNLa vocación por la carrera tampoco es un punto fuerte en Pedagogía. De los 10.400 aceptados en las 185 carreras analizadas, el 59% no tenía como primera opción en la vida ser maestro. Una situación que se nota especialmente entre los seleccionados en Educación de Párvulos. Sólo el 35% marcó la carrera en primera preferencia, mientras que para el 42% la formación de preescolares estaba entre su tercera y octava opción.
A nivel total del sistema, las postulaciones en primera preferencia a esta carrera estuvieron entre las más bajas: sólo 621 jóvenes la eligieron. Eso determinó que sus puntajes de ingreso bajaran aún más: el 69% fue seleccionado con menos de 550 puntos promedio en la PSU. De hecho, entre todos los tipos de Pedagogía, Párvulos fue la carrera que congregó menos puntajes sobre 700. Sólo seis y todos en la Universidad Católica, pese a que este plantel debió disminuir sus cupos en Parvularia de los 120 a 70 y no tuvo lista de espera.
Claro que los puntajes sobre 700 tampoco abundan. Entre los 10.400 jóvenes seleccionados a Pedagogía, sólo 53 lucen este promedio PSU. Por cierto, entre ellos, la vocación es evidente: 48 postuló en primera preferencia, tres en segunda opción y los otros dos, en tercera y octava instancia. La UC acaparó a 14 de los puntajes sobre 700, la Umce a 10, la Católica de Valparaíso a ocho, la Usach a seis, la De Concepción a cinco y la De Antofagasta a tres. Los otros se los llevaron, de a uno, las universidades Arturo Prat, Austral, Católica del Maule, De la Frontera, Playa Ancha y Biobío.
Los alumnos seleccionados en las pedagogías con especialidad (como historia o biología, por ejemplo) y que, generalmente, imparten clases en los cursos de Enseñanza Media, son los que muestran los mejores puntajes pero también un bajo índice de vocación. Casi el 40% de ellos obtuvo un promedio PSU que fluctúa entre los 550 y 599 puntos (en Párvulos es 20,5% y en Básica, 27,2%). Pero para el 59,2% la carrera no era su primera opción.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente tema, y no puedo estar más de acuerdo con la última frase de tu post: "VOLVER A COLOCAR AL MAESTRO AL NIVEL MAS ALTO DE NUESTRA SOCIEDAD."
Lo digo como orgulloso hijo de profesores normalistas, además de haber sido formado por maestros del mismo crisol.
Formados desde la juventud para EDUCAR y CULTIVAR PERSONAS, no para entregar guías a resolver.

Lamentablemente eso no lo lograremos con Frei, Zaldivar, Piñera ni Lavin, los grandes avances en educación y equidad de nuestro país han sido con los gobiernos Radicales; si, con olor a vino tinto y empanada, pero con fuertes bases valóricas.
Me hubiése encantado votar por un Radical en mi vida, pero mientras alguien olfatee una pequeña cuota de poder no va a permitir el paso de ellos al gobierno, si hay primarias, iré a votar y mi voto no será por Arrate ni Frei...